Pelea callejera, violencia real y Artes marciales

pelea callejera y Wing ChunLo primero y más importante, es necesario que sepas una verdad universal para tener presente en un conflicto callejero: Una pelea callejera es algo a evitar SIEMPRE.

Un Maestro de Artes marciales debería explicarte por qué evitar un altercado en la calle o pelea callejera. Existen poderosas razones. Dejando de lado la suerte, lo único cierto es que hay una serie de consecuencias inevitables: con seguridad vas a recibir golpes fuertes y muy reales, tienes una alta probabilidad de perder, quizás tú inflijas un daño muchas veces no controlado, con consecuencias en ocasiones graves y además podrías tener que asumir responsabilidades legales, según la legislación de cada país. Son motivos suficientes para evitar la confrontación en una pelea callejera o resolverla de una manera más segura, pedir perdón aunque tengas la razón, cruzar la calle o escapar corriendo.

Sin embargo en ocasiones, cuando la pelea callejera es inevitable, pocas disciplinas marciales te instruyen para no perder en una pelea callejera, ya que pocas se enfocan a la «violencia real». La violencia real es algo diferente: no hay reglas o normas, no hay «honor», no hay compasión, no hay árbitros, no hay control, no hay un compañero que me deja aplicar mis técnicas, es dificilísimo aplicar palancas o controles. Los combates en las calles son una expresión de agresividad del animal que todos llevamos dentro. En Wing Chun se entrena sobre la base de un sistema que en realidad, no dispone de normas y todo está permitido, por lo que el daño que puedes infligir es muy grande.

Por todo lo expuesto, es interesante conocer ciertos consejos que debemos asumir y aplicar ante la violencia real…

1. Técnica ninja para vencer en una pelea callejera siempre: Desaparece

La fortaleza mental puede ayudarnos a ganar sin pelear y por las muchas consecuencias de una pelea (algunas mencionadas anteriormente) esta es la mejor de las victorias. Muchas peleas pueden pararse antes de empezar.

A nadie le gusta que le insulten o le griten y es duro no responder, debido al orgullo que todos tenemos, pero si respondemos, la situación puede “calentarse” para finalmente convertirse en una agresión física. ¿Qué podemos hacer para evitarlo? Muy fácil: podemos usar nuestros pies. Si una persona comienza a insultarnos o provocarnos debemos escoger una única opción: irnos y rápido. Si no estamos nada ocurrirá.

Puede ser que nos vean como cobardes, pero piénsalo bien ¿a quién narices le importa? Recuerda siempre un viejo dicho: «el cementerio está lleno de valientes».

2. Las apariencias engañan

Nunca te fíes de las apariencias, suponiéndote más fuerte o capaz de vencer. La apariencia de una persona dice muy poco en realidad de su capacidad de combate. Podríamos equivocarnos e imaginar una pelea callejera fácil, cuando quizás resulte en la peor pelea de nuestra vida. Recuerda siempre que porque alguien sea de baja estatura y poco musculado no significa que sea algo fácil de resolver.

En cuanto a la parte técnica, sinceramente dudo que tengas una pelea con un Gran Maestro de algún Arte Marcial, pero sí con una persona curtida en la calle, que además puede estar bajo el efecto de algún tipo de droga o que incluso reserve una desagradable sorpresa, como un arma que no dudará en usar. Esa persona no necesariamente medirá 2 metros o tendrá unos brazos más anchos que tus dos piernas juntas :D, más bien, su ventaja reside en querer hacerte mucho daño. De nuevo trata de imponer tu fortaleza mental, huye y evita la confrontación en cualquier pelea callejera.

3. Error habitual: Mal control de la distancia de combate

Es el fallo más común. En una discusión verbal se te acercan demasiado casi nariz con nariz y zass! un cabezazo te deja KO, inconsciente o peor aún, un cuchillo que por distancia es imposible ver, se clava en tu abdomen. Es uno de los errores comunes que aprovechan los agresores sin dudar, para acabar contigo sin que te des ni cuenta. Es lo que en el argot de la violencia real se llama «ataque ciego» ya que has llegado a una distancia en la que simplemente no lo ves venir. Por eso permitir que el agresor se acerque demasiado te dejará casi sin posibilidades.

Como norma, la distancia mínima en una discusión es la que corresponde a tus brazos extendidos y debes imaginar un círculo alrededor tuyo en esa distancia, como una barrera invisible que no debe de atravesarse y si fuera necesario, retrocede para mantener esa distancia. En Wing Chun Kung Fu esa barrera se extiende un poco más, contando con la longitud de tus piernas y cualquier cosa que atraviese esa distancia recibirá de inmediato un ataque interceptor. El Gran Maestro IP Man decía refiriéndose al combate inevitable «cuando alguien viene a pegarte has de ir a su encuentro como cuando un amigo llama a la puerta de tu casa y sales rápidamente a recibirlo».

4. Quien da primero da dos veces

Muchas escuelas de artes marciales enseñan que debemos esperar el primer golpe antes de atacar al oponente y responder a ese golpe con una técnica defensiva, tras la cual inmediatamente encadenar nuestro ataque y para eso entrenamos durante años. El nombre de este planteamiento es «acción y reacción» o «pregunta y respuesta». Este tipo de entrenamiento es necesario para cultivar algunas habilidades pero si hablamos de un primer contacto en una situación real como una pelea callejera ¿por qué no preguntar primero? Esperar un primer golpe o ráfaga de golpes del contrincante sólo funciona dentro de la sala de entrenamiento y en el cine. En las calles, es un gran error esperar a que alguien te ataque primero porque no sabemos qué ataque recibiremos (aquí no hay nada pactado). El adversario podría ser más rápido o mejor luchador y es un riesgo confiar en nuestra vista y reflejos en una situación de máxima tensión. Por tanto, antes del primer ataque cuando ya está claro que no hay otra solución y el otro ha cruzado nuestra distancia de seguridad (ver punto anterior) es una ventaja ser el primero en ocupar el papel ofensivo, porque de otra manera tendrás que moverte más rápido y eficazmente para contrarrestar su ataque y contraatacar. No debemos confiar en que nuestra capacidad o entrenamiento previo conseguirá lo imposible: Ataca primero. El Wing Chun es un estilo de combate realmente sin normas, que hace muchos años fué probado por sus practicantes de forma real enfretándose en una pelea callejera cada vez que querían probar lo aprendido, y por ello contempla la posibilidad del primer ataque como una verdad que debe de ser entrenada. El Wing Chun posee simultaneidad de defensa-ataque y busca en todo caso, el contacto rápido para resolver la situación.

5. Participar en una pelea justa o usando la justicia por bandera

Tú puedes creerte una persona justa, pero créeme si te digo que tu atacante no lo será. Tú puedes pensar que deberías participar en una pelea callejera porque es justa, pero en realidad ninguna pelea lo es, si antes no puede solucionarse por la vía del diálogo y la razón. Suponer estas cosas como justificación para iniciar o participar en una pelea es un error, ya que las personas que empiezan las peleas, a menudo lo hacen cuando está convencidos de que tienen alguna ventaja estratégica como parecerse a Hulk, tener armas ocultas o contar amigos que les ayuden a acabar contigo. Nadie quiere pelearse contigo respetando códigos o reglas, sólo quieren ganar a cualquier precio, y por este motivo, en no pocas ocasiones acaban usando cuchillos o palos con los que en realidad pueden matarte con cierta facilidad. ¿Dónde queda pues la justicia? Una pelea no es un deporte ni algo justo y pensar así te dejará en desventaja. ¡Tienes que tener disposición para cualquier cosa! y sobretodo nunca esperes que el atacante haga una cosa u otra. Por eso nunca limites lo que tendrás que hacer en respuesta a una agresión. Olvídate de las peleas justas u honorables.

6. Provocar tú la pelea es perder de antemano

La razón principal por la que puedes perder una pelea de violencia real es porque has sido tú quien la ha desencadenado. Si provocas o buscas pelea la vas a encontrar y finalmente sentirás la fuerza agresiva de la otra persona que quizás enfadada, no controlará sus impulsos y acabará contigo con la motivación de estar respondiendo a una agresión o provocación previa: la tuya. Recuerda que nadie es intocable y que eso sólo ocurre en el cine. Porque has entrenado mucho, no te creas en ventaja. ¿Crees que el sparring que haces con tus compañeros se parece a la violencia real? ¿Crees que el nivel de adrenalina que tienes en el «combate libre» con tus compañeros es el igual al que tendrás en la calle sin hacer un solo movimiento? ¡Despierta! Hay muchos ejemplos de personas que han entrenado mucho para pelear en la calle y a las que finalmente, la calle les ha enseñado la cruda realidad. De nuevo, evitar el enfrentamiento es lo primero y buscarlo, es como lanzarte a un piscina que no sabes ni siquiera si tiene agua.

 

Como hemos visto hasta ahora y a modo de resumen, cuando se trata de luchar, se pierde de una manera u otra. Las consecuencias son impredecibles y aunque puedes ganar el altercado, podrías ser arrestado y juzgado por agresión o por respuesta desproporcionada. Por supuesto también están las potenciales lesiones físicas tuyas o del adversario. Por último, falta por mencionar que, durante la lucha puedes matar accidentalmente a otra persona por un golpe mal calculado o provocar una caída en la dinámica del combate.

¿Merece la pena asumir todos los riesgos?

La gran verdad es que nunca se sabe cómo va a acabar una pelea callejera real. La mejor manera de ganar no es luchar. Es cierto que a veces la pelea puede ser inevitable aunque con sinceridad, la mayoría de las veces lo será si controlas tu ego o enfado, y por eso puedes decidir cómo acabar sin ninguna consecuencia: no dejes que empiece. Recuerda siempre: si no estás nada puede ocurrir.

Se una persona de paz y por eso entrénate para la paz y no para la guerra. Aplica Wing Chun también en tu vida.

Te deseo un Feliz día lleno de paz!!

Click AQUI para leer sobre Pelea callejera en Wikipedia

2 Comentarios
(WIOK no se responsabiliza de los comentarios de sus lectores)

  1. Jose Nunes dice:

    Más claro el agua. No se podría expresar mejor esta cuestión siempre presente en toda escuela de artes marciales y es que, ciertamente, no se podría hacer de mejor manera que de este modo, explicando la verdadera realidad de una situación de peligro en la calle. Cuantas veces no habremos oído hablar de los «poderes casi mágicos» de muchas escuelas, de entrenamientos en los que se les hace creer a los alumnos que las técnicas son infalibles, que podemos afrontar un altercado contra una persona armada con arma blanca y salir ilesos… Hay que romper esos mitos, mitos por otra parte peligrosos, que le hacen creer a mucha gente que son una especie de Steven Seagal que va por la calle luxando muñecas y brazos a oportunos maleantes.

  2. Eduardo dice:

    Excelente articulo. Todo bien explicado y ademas muy realista. Ya hacia falta que se empezara a hablar mas en serio y sin fantasias de las cosas.
    Gracias por la informacion.
    Enhorabuena por el blog. Seguir asi

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