¿Qué va a ser de las Artes Marciales? ¿Qué va a ser del Wing Chun?

He visto interesante postear este artículo de opinión, que refleja la realidad de lo que pasa con las Artes Marciales en general y más aún, cuando son Artes menos conocidas o difundidas como el Wing Chun, lo cual se puede ver en nuestra Escuela que a pesar de tener unas instalaciones únicas, un Programa único y unas condiciones económicas imposibles en Wing Chun, tras más de 2 años de trayectoria, el número de alumnos es tan bajo que las clases de 3 o 4 alumnos son las más habituales.

Las Artes Marciales como actividad

Hoy en día, las Artes Marciales se dividen en 2 grandes grupos:
Deportivas. En este grupo están incluidas todas las disciplinas que incorporan algún tipo de competición y por lo tanto, o nunca lo han tenido o a lo largo de los años han perdido ese enfoque Marcial sustituyéndolo por un entrenamiento muy enfocado al deporte. Por ello, incorporan amplias rutinas de entrenamiento físico que persiguen aumentar el rendimiento y resistencia. Actualmente es el grupo más numeroso que incluye una cantidad muy elevada de Estilos Marciales. Este grupo todavía conserva una cierta masa crítica de alumnos debido a que actualmente (ver el artículo que pongo más abajo), se busca cada vez más una actividad 100% deportiva y si es cardio, mejor (por aquello de perder peso, definir el cuerpo, etc.)

Combate. Los pocos Estilos que aún pueden ser incluidos en este grupo, comparten un grado de efectividad en el combate muy alto, aunque para ello tengan que recurrir a estrategias y ataques totalmente prohibidos en el grupo antes mencionado. Este es hoy un grupo ya muy pequeño. ¿Motivo? Precisamente la poca demanda del público que busca preferentemente del anterior grupo. El Wing Chun está incluido es este reducido grupo.

A medio camino entre estos 2 grupos bien diferenciados, existen ciertas disciplinas como el Krap Maga, Kappap o el Aikido. Todas ellas, comparten un enfoque marcial poco realista y nada efectivo en una situación de violencia real, que se basa en aprender de manera repetitiva técnicas prefijadas para responder a ataques prefijados. También dan prioridad a un entrenamiento donde el componente de ejercicio físico es un elemento muy destacado.

La sociedad actual, tan tecnológica y superficial, nos envuelve, nos rodea y nos condiciona. Atrás quedaron tiempos en los que todos querían aprender Kung Fu, precisamente condicionados por las películas de la época donde Chuck Norris, Bruce Lee o Steven Seagal eran los referentes.

La publicidad de años pasados donde una señora en bata preparaba el cola cao a un niño con pecas y dientes de almena, se ha sustituido por una madre delgada, bien definida, con una vestimenta moderna, dentadura blanquísima y peinado perfectos que le prepara el cola cao a un niño como mínimo igual de perfecto. Ese espejismo de realidad es con el que nos educan los medios de comunicación mayoritarios (cine, televisión e internet), incorporando en nuestra mente la idea inconsciente de cómo queremos sentirnos cuando vemos tanta falsa sonrisa en esos medios, qué cuerpos queremos tener cuando vemos a los protagonistas de la última serie o película, etc. Se nos vende además, una forma de vida donde ciertos problemas como la violencia no existe, porque en definitiva vivimos en un mundo “moderno”, como si la violencia entre otros, sólo fueran problemas más propios de la barbarie de otros tiempos u otras culturas menos «evolucionadas».

Tanto es así, que no se prioriza que nuestros Policías de barrio, Guardia Civil, Policía Nacional, Bomberos, vigilantes, etc, tengan una formación en algún Arte Marcial REAL (precisamente del segundo pequeño grupo mencionado). Muchos miembros de los cuerpos de seguridad del Estado, carecen de la más mínima formación y por lo tanto carecen de recursos (más allá del uso de armas) para defenderse a sí mismos y mucho menos para defendernos a nosotros. De nuevo ¿motivo? Se ve como innecesario, porque nos quieren vender que la violencia real no existe, se ha extinguido o son casos tan aislados que ni se necesita saber cómo enfrentarse a ella.

Al margen de que claramente todo es un espejismo que la mayor parte de las veces consigue lo que persigue, que no es otra cosa que vendernos algo, los problemas reales siguen ahí, algunos empeorando a pesar de no querer publicitarlos demasiado. Centrándonos en los que nos ocupa… la violencia real sigue ahí. Y aquí, me gustaría definir claramente el concepto de violencia real. La violencia real es algo salvaje, rápido, imprevisible e imprevisto. La violencia real no surge cuando la esperamos ni se desarrolla de la manera que esperamos. Nadie nos va a atacar como queremos o como esperamos. Los entrenamientos de técnicas prefijadas son inútiles contra la violencia real.

Existen casos típicos que no deberíamos olvidar.

¿Está extinguida la violencia?

Las mujeres son las primeras en olvidar o no prestar atención a las pocas noticias (aun así, un mínimo de varias decenas de casos al año) de violencia machista extrema. En las noticias sólo salen los casos que incluyen la muerte como factor, pero, te pregunto ¿Cuántos cientos de casos al año crees que existirán de palizas que no acaban en muerte? Miles de casos de violencia, de palizas o golpes recurrentes. Yo todavía me sorprendo y no consigo entender al ver que una adolescente prefiere aprender y practicar Zumba y ni se plantea ni por un instante decantarse por algo práctico que muchas veces puede practicar paralelamente sin problema. Tampoco entiendo por qué las Asociaciones de mujeres maltratadas no derivan a esas mujeres a profesionales que puedan aumentar su seguridad y autoestima gracias a un sistema de combate real como el Wing Chun.

La única explicación que encuentro es siempre la misma: es más ventajoso desde el punto de vista político y económico convencernos de que estamos seguros y podemos dedicarnos a trabajar y vivir, luego, nuestra mente hace el resto, nos convertimos en cómplices condenando las películas violentas o los videojuegos violentos, pensando que esas cosas nos volverán violentos cual avestruz que esconde la cabeza bajo tierra cuando el depredador (que existe) hace acto de presencia inesperada. Es obvio que los videojuegos violentos o las películas violentas no son recomendables para determinados públicos, pero generalmente son un reflejo de una realidad que está presente en nuestras vidas y a las que todos estamos, sin excepción, expuestos. No hablamos de una dimensión paralela, hablamos de una realidad muy real.

El Bullying es otro olvidado. Olvidemos los tecnicismos y llamemos a las cosas por su nombre: abuso infantil. ¿Cuántos casos salen en las noticias? Poquísimos. Sólo los casos que mediáticamente dan “juego” y que se incorporan a las redes sociales como uno de los protagonistas, pero, ¿Cuántos niños son maltratados por compañeros, profesores, padres u otros adultos? ¿otros cuántos miles de casos?

Lo mismo podemos decir de nuestros mayores o de nosotros mismos. ¿Cuántos casos de atracos con violencia crees que hay en un año? ¿Tienes la capacidad de defenderte a ti y a los tuyos? ¿y si te sales de tu entorno “seguro” y viajas?.

Son muchas las situaciones donde la violencia real está presente y flota en el ambiente. Surge, de hecho, espontáneamente. La técnica del avestruz puede ser muy arriesgada y determinar la diferencia entre vivir y morir, porque aunque será parte de otro capítulo, ten presente que los golpes reales no son como en las películas, los golpes reales hacen mucho daño, muchas veces irreversible, e incluso pueden matar, sobre todo si hablamos de golpes fuertes y descontrolados.

¿La extinción?

Es una pena, una gran pena que socialmente condenemos a la extinción a Estilos tan útiles, ricos e interesantes como el Wing Chun. No ocurre así en China, donde a pesar de que varias de sus grandes ciudades son de las más seguras del mundo, la violencia se sigue percibiendo como algo real que puede surgir muchas veces dentro de nuestro refugio, nuestro hogar o en el entorno más próximo.

En occidente, esto no se percibe así. En España, todavía es peor. Nos gustan las modas americanas, altamente comerciales, de que lo bueno es practicar es algo que acabe en Fit o alguno de sus derivados.Todo eso es más barato y menos complicado. Un instructor puede formarse en poco tiempo comparado con los muchos años que un Maestro marcial ha de dedicar antes de plantearse comenzar a enseñar. Un poco de música, unos aparatos y una enseñanza que no necesita de atención continua, son factores claves que influyen en los precios. Los resultados estéticos son bien perceptibles y la socialización es indudable gracias a estrategias de entrenamientos en grupo.

Es más, asusta mucho ver a mujeres que creen estar cerca de saber defenderse practicando las rutinas de ejercicios BodyCombat. Nos lo han sabido vender tan bien que hemos vuelto a creer en que Superman existe y podemos ser como él sudando repitiendo algunos ejercicios acompañados de música y un instructor exageradamente motivado.

Todo lo comentado, también se refleja en que la mayoría de las Escuelas de Wing Chun, han cambiado de estrategia priorizando el entrenamiento físico, simplificando los Programas de enseñanza hasta el extremo de que hay numerosos aspectos del Estilo que simplemente no se enseñan pues ni se transmiten a nuevas generaciones de Maestros. Luego, a esos Programas tan simples, los han adulterado incorporando técnicas, principios y entrenamientos de otros Estilos curiosamente del primer grupo mucho más deportivo y más buscado. Rizando el rizo, muchas incluyen ya salas de musculación o jaulas de CrossFit o incorporan como una parte importante de las clases y evaluaciones técnicas amplias series de flexiones, abdominales, sentadillas y otros ejercicios. Todo con la única finalidad de Competir con centros donde se practican esas actividades de moda 100% deportivas.

Ahora, es fácil ver en la publicidad de estas Escuelas o Asociaciones argumentos muy destacados como: Baja de peso, Modela tu cuerpo, Gana fuerza y resistencia, etc. Pero no nos engañemos porque estas Escuelas tienen su público y consiguen gracias a esas estrategias y a costa de desvirtuar el Wing Chun, sobrevivir captando a personas que creen que sudar la camiseta es demostracion palpable de lo bien que se estan preparando para enfrentar una potencial agresión.

Todo ello, contribuye a la paulatina extinción del Estilo REAL, de sus raices, de su historia y de su efectividad.

Para darnos cuenta de cuál es la versión real del Estilo, sólo hay que buscar un poco videos y fotos de ancestrales Maestros de Wing Chun. Será difícil encontrar entre ellos la imagen más actual del Maestro fornido, con un buen “six pack” bien marcado y con una elasticidad, fuerza y aguante más propia del Sansón más bíblico. Al contrario, encontrarás imágenes de personas que precisamente no transmiten esa imagen, personas muy normales, incluso en algunos aparentemente débiles. Está claro que sus objetivos eran otros. Sin embargo, muchos, tras ese aspecto de cordero tan poco deportivo, esconden un luchador invicto en su época (una época donde existían todavía los retos y desafíos), al que te aseguro que un violento no querría molestar.

No quiero decir con esto que perseguir el mejoramiento físico sea negativo, al contrario, pero, pienso que no debería de ser el único objetivo. Al fin y al cabo, esa parte no es incompatible con el practicar un Arte Marcial.

A veces me asusto al ver el nivel técnico de alumnos que vienen a probar procedentes de esas Escuelas deportivizadas y no puedo evitar temblar al pensar en la poca efectividad de lo que les han enseñado, aunque ellos no lo perciban así. Es lo que aplicado a otros campos podríamos llamar sólo de una manera, Estafa. Por supuesto, también me sorprende las nulas posibilidades que una persona que procede de alguna actividad deportiva de moda tiene de defenderse ante al ataque más simple, resultando ser las víctimas perfectas a las que por cierto, los violentos, agresores, violadores, atracadores, abusadores, perciben, lo intuyen, lo saben perfectamente y lo aprovechan.

Las que todavía quieren conservar el Arte Marcial del Wing Chun y difundirlo según es y para lo que es, se están convirtiendo en pequeñas Escuelas o grupos, de poquísimos alumnos que todavía carecen de esa visión distorsionada de la realidad que hemos mencionado y que para el resto de la sociedad son auténticos Frikis a las que sorprendentemente incluso llaman ¡personas violentas! Quizás para justificar la necesidad de no aprender a defenderse nunca de la violencia real.

Llegados a este punto, tenemos que rendirnos a la evidencia y pensar seriamente en el futuro que le espera a Estilos tan increíbles como el Wing Chun.

¿Qué va a ser del Wing Chun real? ¿Qué va a ser de los Estilos enfocados en la violencia real? ¿Qué va a ser de nuestra Escuela?
¿Cuál es tu visión del Wing Chun?

Participa y deja tu comentario

** Articulo complementario que habla de lo que la gente realmente busca:http://www.infosalus.com/estetica/noticia-cardio-ejercicio-mas-demandado-gimnasio-20151003101635.html

4 Comentarios
(WIOK no se responsabiliza de los comentarios de sus lectores)

  1. Daniel dice:

    Muy buen artículo. Totalmente de acuerdo. Esperemos que haya luz al final del túnel. Saludos y mucho ánimo!!

  2. Luis MartinezR dice:

    Suscribo totalmente lo que dices en tu articulo y aunque el intentar cambiar una actitud tan metida dentro de la sociedad actual sea una misión totalmente imposible a corto plazo sigo creyendo que a la larga esto tiene que cambiar y quizás el Wingchun nunca será mayoritario pero sé que los que hemos tenido la suerte de practicarlo no buscaremos otra opción

    • WIOK Staff dice:

      El Wing Chun es un Estilo accesible de verdad por cualquiera, incluso con un instructor tan pesado como yo 🙂 La verdad es que a nada que le des una oportunidad durante un tiempo prudencial de minimamente 2 o 3 meses, engancha porque es logico, directo y cientifico. Es una pena que falte esa oportunidad de parte de tanta gente porque tambien vivimos en la sociedad de las prisas y los resultados rapidos. Tambien es una gran pena que mas mujeres no lo practiquen porque si asi fuese ya veriamos lo que pasaria con asuntos tan preocupantes como la violencia de genero…

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