El debate en torno a si golpear o no en una pelea es muy recurrido. Hay argumentos en ambas direcciones, así que es conveniente tener un enfoque objetivo y explorar las opciones.
Los luchadores de grappling (lucha de suelo) utilizan medios alejados de los golpes como por ejemplo palancas o controles, pero para peleas reales, muchos de esos luchadores, incorporan golpes como un medio para abrir, bloquear o distraer al oponente, lo que les permite seguir con agarres o finalizaciones comunes. Este tipo de estrategias se pueden encontrar en varias formas de Jiu-Jitsu tradicional, Aikido, y el Aiki-JiuJitsu. Entonces, ¿qué significa esto en una verdadera pelea callejera sin guantes o reglas? ¿Es útil? Estas son preguntas frecuentes.
En primer lugar vamos a examinar los argumentos de aquellos que están en contra de golpear (normalmente los propios grapplers):
La mano humana tiene 27 huesos. Estos huesos son pequeños y frágiles. Las lesiones de la mano y la muñeca están entre las lesiones traumáticas más comunes observadas en las salas de emergencia, y representan hasta un 15% de todas las lesiones en combate. Una de las lesiones más comunes que se observan es la fractura del boxeador. Como resultado, los boxeadores y otros atletas de combate utilizan habitualmente vendajes y guantes de boxeo para ayudar a proteger la mano, lo que reduce el dolor y el riesgo de lesión durante el entrenamiento o la competición. En el mundo real, este tipo de precauciones no están disponibles, aumentando así el riesgo de lesiones. Como añadido, a medida que envejecemos experimentamos cambios en la densidad ósea. Esta disminución en la densidad ósea puede aumentar el daño o el riesgo de fracturas. Esto se vuelve más importante cuando nos hacemos mayores y se produce una situación de defensa personal violenta.
Mientras que la parte superior de la frente es de las partes más duras del cuerpo, el cráneo también tiene un montón de aristas y bordes. Esto es muy diferente a golpear un saco de boxeo, que es muy suave y liso. Además, las peleas son dinámicas. La cabeza está en constante movimiento, por lo que el perfecto acierto golpeando se vuelve más difícil. Si añadimos el estrés y la adrenalina de una pelea, se genera una imprevisibilidad que ocasiona lesiones inesperadas.
Entrar en la distancia efectiva de golpeo significa que el oponente también se encontrará en ella para golpearnos de manera eficaz. En principio, llegar a una situación que permite intercambiar golpes no es tan ideal, y por eso pocas disciplinas poseen estrategias claras y recursos suficientes para llegar a una distancia tan corta con seguridad y sobrevivir una vez nos encontremos en ella.
En el mundo real, si golpeas, podrías causar daños importantes como fracturas, heridas o lesiones importantes en órganos expuestos como los ojos, lo cual podría suponer responsabilidades legales. Pero además, si golpeas por accidente en determinadas zonas delicadas, podrías terminar siendo responsable de homicidio en función de las circunstancias.
Ahora examinemos por qué la mayoría de los sistemas de combate pegan.
Un estudio científico de 2012 sugiere que la mano humana puede haber evolucionado para golpear de manera eficiente. El estudio indicó que un golpe de palma abierta, transmite tanta fuerza como un puñetazo, excepto que el puño concentra más fuerza en un área más pequeña. Esto mostró que al contrario de lo que se creía, un golpe con la mano abierta puede infligir un daño excepcional. Además, el puño cerrado bloquea el dedo índice y el dedo medio en su lugar, haciéndolo una estructura rígida. El estudio afirma, que golpeando así se puede impedir que las personas destrocen sus manos.
Otra cuestión que no se puede rebatir, es la dureza del cráneo y su poca uniformidad pero, los Estilos y Sistemas Marciales reales con cientos de años de historia y experimentación como el Wing Chun, han generado formas optimizadas para golpear zonas duras y zonas blandas de manera precisa y contundente.
Independientemente del estudio citado, muchas Artes Marciales, poseen unas sólidas bases biomecánicas que nos permiten salvaguardar en cierta medida la integridad de los huesos de nuestras manos. Por ejemplo, en Wing Chun hicieron falta cientos de años para optimizar un sistema diseñado para la violencia real y por ello existen diversas formas de golpear que se ajustan con alineaciones naturales de nuestros huesos, que cuando se aprenden correctamente y entrenan mucho para interiorizarlas, impiden los daños en nuestras manos. En muchos Estilos de combate se incorporan además trabajos de endurecimiento pero generan artrosis prematura, pues se basan más en golpear objetivos duros o incluso hundir violentamente las manos en gravilla. En la búsqueda de resultados eficaces en cuanto a endurecimiento, el Wing Chun incorpora un gran trabajo de fortalecimiento de muñecas, falanges, tendones y articulaciones que no nos crea problemas de salud y que refuerza aún más su aplicación práctica manteniendo la integridad personal.
Es bueno recordar que nuestras manos forman parte de un conjunto de armas naturales que el cuerpo humano posee. Estas armas deben entrenarse adecuadamente si queremos disponer de ellas en una situación de violencia ineludible.
Que tengas un feliz y pacifico día
Un artículo francamente interesante y muy bien explicado. Con cada artículo uno va conociendo un poco mejor la ciencia de las artes marciales. Se agradecen este tipo de artículos, y mucho.