Sifus

Existe cierta confusión acerca del uso de este término
Aunque te parezca increíble, si nos ceñimos a la literalidad que da la cultura China, un Sifu es alguien que sabe bastante de algo, por decirlo así, que tiene sabiduría acerca de algo. Así, es típico en China, que se llame Sifu a un taxista o a un peluquero.
Sin embargo, en lo referente a las Artes Marciales, se sigue un patrón que procede de la idea del Sabio o Maestro que tiene discípulos a los cuales transmite sus conocimientos y experiencias. En China existen figuras históricas como Confucio, que de manera popular representan esta idea. Bajo este prisma y aplicado a las Artes Marciales Chinas (Kung Fu), un Sifu es en la cultura China, como un padre en lo marcial, que debe cuidar y respetar a sus alumnos, para que estos hagan lo mismo con él. Esta es una de las diferencias más grandes de cualquier Estilo de Kung Fu chino con Sistemas de lucha occidentales: la importancia de escoger a tu Sifu y seguir con él durante toda una vida, pues nadie llegará a conocer mejor tus fortalezas y debilidades, para potenciar lo uno y corregir lo otro.
La cuestión es que no es nada fácil en nuestro mundo occidental, identificar a un Sifu verdadero al que seguir. En el Kung Fu, un Sifu ha de tener una serie de características:

  • Conocimientos amplios que le permitan una visión amplia del Estilo que practica
  • Humildad en su comportamiento y actitud
  • No buscar alimentar su Ego, considerándose un eterno aprendiz
  • Transmitir sus conocimientos o dicho de otro modo, tener alumnos o discípulos
  • Perpetuar el Estilo para que este no muera y siga viviendo en nuevas generaciones de Sifus

Los alumnos deben respetar a su Sifu como un mentor, como alguien que hace una de las mejores cosas que se pueden hacer: transmitir sus conocimientos de forma honesta y responsable.
En China, por lo general es tu propio Sifu quien algún día te nombrará Sifu. Existen tradiciones, como sellarlo sirviéndole TE a tu Sifu y otro a ti, para tomarlo juntos y hacer una foto donde tu Sifu ha de estar sentado y tú de pie junto a él, a su derecha y apoyando la mano en su hombro. Son tradiciones que aún perduran.
Fuera de China, se nos ha acostumbrado a mercantilizarlo todo. Por este motivo, se ha degenerado hasta rozar lo absurdo. Hoy en día, algunos “Sifus” cobran a otros por nombrarles “Sifus”, incluso les hacen exámenes de Sifu, el cual culmina con la entrega de un diploma de Sifu. Incluso hay aberraciones como que alguien nombrado Sifu ha de vestir de rojo o si ese Sifu ha nombrado otros Sifus deberá vestir de amarillo. En China, quienes vestían de rojo y amarillo eran los emperadores… Como entenderás, después de lo expuesto antes, estas son prácticas que una vez más demuestran falta de conocimiento de la cultura y tradición China, todas ellas encaminadas a lucrarse y alimentar el ego.

Muy a pesar de muchos, Sifu no es un título que uno pueda comprar o pagar. Tampoco se es Sifu tras un examen porque ¿Cómo se puede examinar a alguien para ser Sifu? Simplemente hay personas que pueden ser excelentes practicantes de Kung Fu, pero que jamás llegarán a ser Sifus porque no respetan a sus alumnos, no enseñan con sinceridad y responsabilidad, anteponen deseos materialistas o afán de dinero a la felicidad que aporta la humildad o simplemente, porque en su interior no existe el deseo de enseñar o transmitir su Estilo.
Por último, es necesario que conozcas que existe el término Dai Sifu, el cual indica que ese Sifu ha nombrado (más bien formado y reconocido) a varios nuevos Sifus. En palabras de Dai Sifu Emin Boztepe: “un Sifu es como un padre que tiene hijos y un Dai Sifu es un abuelo cuyos hijos ya han tenido sus propios hijos. Visto así resulta todo muy natural”.
A un Sifu se le identifica por su humildad, actitud y conocimientos. En base a esa humildad y actitud, es habitual que un Sifu jamás se llame a sí mismo Sifu («soy Sifu»), ni exija a sus alumnos que usen ese título con él. El respeto no se exige, se gana. Son sus alumnos quienes tienen que llegar a sentir, percibir que han encontrado un Sifu y como tal merecer su cariño, agradecimiento y respeto. Son los alumnos quienes deciden o no llamarle Sifu, no sólo de palabra sino con hechos, que un verdadero Sifu apreciará y valorará más que las palabras; hechos como la constancia, perseverancia, superación, disciplina, respeto y humildad, porque estas son en definitiva, las características que junto con los conocimientos adquiridos, te convertirán a ti también en un verdadero Sifu.

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Un comentario
(WIOK no se responsabiliza de los comentarios de sus lectores)

  1. Javier dice:

    El uso del «título» «Sifu» me recuerda mucho a el de Sensei, empleado en casi caulquier modalidad, hace ya un tiempo un compañero que hacía MMA me comentaba la anecdota de que su instructor de grappling se hacía llamar sensei sin titulo alguno de ningún arte marcial, también llegaban a mis oÍdos alguna noticia de que habia mucho autoproclamamiento de sensei en artes marciales que recien se fundaban, a veces provocado por cosas tan sencillas como la incapacidad de alcanzar una formación satisfactoria en un estilo o la «iluminación de crear algo nuevo sin bases por un afán comercial»

    La palabra «Sifu o Shifu» se traduce también del chino como padre adoptivo debido a que antiguamente las escuelas de kungfu eran prácticamente internados donde los alumnos realizaban sus actividades marciales como una parte más de su vida diaria. Así el maestro representaba una figura tanto autoritaria como educativa.

    En definitiva como siempre un gran artículo ^^

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